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CUENTOS, ADIVINANZAS Y REFRANES POPULARES
Título:
CUENTOS, ADIVINANZAS Y REFRANES POPULARES. RECOPILACIÓN
Subtítulo:
Autor:
CABALLERO, FERNAN (CECILIA BÖHL DE FABER)
Editorial:
CENTRO ANDALUZ DEL LIBRO
Año de edición:
2011
Materia
INFANTILY JUVENIL
ISBN:
978-84-88067-14-2
Páginas:
188
Encuadernación:
BOLSILLO
Disponibilidad:
Pendiente de confirmar
14,00 € Comprar

Sinopsis

Junto a cuentos de encantamiento y cuentos religiosos, Fernán Caballero incluye también Coplas de Nochebuena, Oraciones, Refranes y Adivinanzas. Destacamos algunas oraciones, de tradición infantil, que se dicen al levantarse, al acostarse, para ir a jugar o para empezar a comer.
La virtud más destacable de su obra es la movilidad de los personajes y cuadros de costumbres y la creación de una atmósfera narrativa, que hace muy amena la lectura, por sus tramas ligeras e intencionadamente ingenuas.
Entre sus obra podemos destacar que en 1849 aparecieron varias novelas suyas: La gaviota, Una en otra y Elia y, un año después, Lágrimas, Callar en vida y perdonar en muerte y No transige la conciencia. Durante la década de 1850 publicó más obras (Cuentos populares andaluces, 1852; Clemencia, 1852; Más largo es el tiempo que la fortuna, 1853; Simón Verde, 1853; Un verano en Bornos, 1855; Un servilón y un liberalito, 1859), hasta que en 1865 logró un gran éxito con La farisea.
Fernán Caballero (Seudónimo de Cecilia Böhl de Faber; Morge, España,
1796-Sevilla, 1877) Escritora española. Hija de un hispanista alemán, pasó su infancia en la provincia de Cádiz, y en 1805 se trasladó a Hamburgo.
Tras enviudar de su primer marido, con quien había marchado a Puerto Rico en 1816, volvió a España y contrajo nuevas nupcias con el marqués de Arco-Hermoso. Entre 1820 y 1835 redactó dos novelas en alemán: La familia de Albareda y Sola, publicada en Hamburgo en 1840.
Fallecido su segundo esposo contrajo matrimonio con Antonio Arrom, con quien viajó a Manila y después a Australia, al ser nombrado éste cónsul de España.
Tras haber obtenido el favor de Isabel II y trabado amistad con los duques de Montpensier, vivió varios años en el Alcázar de Sevilla, que hubo de abandonar en 1868.