TIENE EN SU CESTA DE LA COMPRA
en total 0,00 €
Weil y yo estábamos de pie a la derecha del féretro, de cara a la nave central. Marguerite, hundida, estaba sentada en primera fila. Los antiguos camaradas se iban acercando uno tras otro. Conforme se fueron instalando, empezaron a dejarse ver en los so