TIENE EN SU CESTA DE LA COMPRA
en total 0,00 €
A Emilio, la cebra-chico, le suena la tripa de hambre. Lilú, el pingüino-chica, le ofrece unos plátanos, tortitas, una tarta... pero Emilio sigue teniendo hambre. Al final, ha comido tanto que le duele la tripa y a quien le entra hambre es a Lilú.