Sinopsis

Con motivo de su 90 aniversario, se han rescatado estas páginas inolvidables de Los grandes inventos de TBO que nadie se puede perder. Un repaso a la historia y a la cultura del tebeo a partir de esta mítica sección tan conocida y querida por todos los amantes del tebeo. «Los tebeos han formado parte de nuestra cultura popular hasta el punto de involucrarse en el lenguaje de la calle. Pero si hablamos de "tebeo" es, precisamente, gracias a la existencia del semanario TBO, aparecido en 1917. Antes de que la Real Academia de la Lengua aceptase el vocablo para definir a una revista de historietas, TBO estaba en ese lenguaje popular. Expresiones "Está más visto que el TBO", "Parecen la familia Ulises" o "Esto es un invento del TBO" estaban en noca de muchos españoles, y no hace tanto tiempo. Curiosamente, TBO no se distinguió especialmente por dar cabida a series o personajes fijos pero, aparte de La familia Ulises y algunas series más, hay una sección que disfrutó de presencia continuada durante muchos años: Los grandes inventos de TBO. Posiblemente inspirada por el trabajo de Rube Goldberg en la prensa norteamericana (con su serie Inventions of Profesor Lucifer Gorgonzola Butts, de 1914), los "inventos" de TBO ya aparecieron antes de que la sección se convirtiera en semanal, aunque con títulos diversos (como Los grandes inventos, dibujado entre otros por Méndez Álvarez a mediados de los años veinte). Sería a partir de 1942 que, aun con cierta variación en el título, Los grandes inventos de TBO tomarían forma gracias, de entrada, a Nit, sugerente y expresivo ilustrador que, cuentan, era también perito mecánico, formación no imprescindible pero sí valiosa para crear los inventos más estrafalarios. [...] Aprovechar el 90 aniversario de TBO para rescatar estas páginas de Los grandes inventos de TBO es una buena noticia para mantener en activo nuestro legado histórico, un legado que recuerda la creatividad de nuestros autores, su excelente nivel gráfico y su capacidad para imaginar artefactos imposibles pero muy estimulantes.»
Antoni Guiral