Sinopsis

Hay refranes viejos que responden al actual estado de opinión sobre la política y los políticos (quien más promete, menos cumple; política y pancismo, todo es lo mismo; más sirve a España un gañán arando que un político discurseando); sobre el poder ejecutivo(de invierno a invierno el dinero es "pa" el gobierno; quien nada tiene, cuando manda a tener viene); sobre el legislativo (quien hizo la ley, hizo la trampa; la ley como la telaraña, suelta al ratón y a la mosca apaña); y sobre el judicial (mucho papel y mucho tintero y la justicia al retortero; Dios nos libre de la injusticia, con verdad o sin ella).

Se impuso al pueblo español, y aún perdura, una unidad política oficial, institucional, que no se corresponde con la disgregación real de los individuos de los pueblos, de las comunidades de España. Hasta ese extremo se muestra estrepitoso el fracaso de una clase política que, en el trancurso de siglos, no logró concertar voluntades, aunar voces y esfuerzos en una empresa común.