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Huérfano criado por las prostitutas del saloon, Lincoln es odioso, malo y malintencionado. Errando por las carreteras del Lejano Oeste, este sinvergüenza es ahora un adulto y hace un encuentro decisivo? Dios en persona. Es un anciano bajito con un sombrero mejicano que emprende la difícil tarea de reconvertir a nuestro antipático héroe en un buen ciudadano.
En Lincoln, en parte nos planteamos un encuentro con el divino, abordando apenas el tema. Sobre todo, intentamos reflexionar sobre el ser humano y su difícil relación consigo mismo. Pensamos en los defectos y vicios del hombre y en la imprevisible suerte, y de las muchas caras que puede tener. Tanto que, a veces, está bajo nuestras narices cuando nos sentimos el ser más desgraciado del planeta. Habla también de oportunidades y de la capacidad del hombre a poder cogerlas, o dejarlas pasar. La conciencia, la razón de vivir y seguir sus principios, la aceptación del pasado, el crecimiento y las circunstancias de cada uno.