Sinopsis

Guipúzcoa conoce en el s. XVIII la consolidación de su cultura foral, la fijación del Fuero, uso territorial estructurador del orden provincial, y el entendimiento constitucional depositario de códigos esenciales comunitarios. Bajo apariencia de uniformidad concurrían divergentes claves de lectura del espíritu del Fuero, así como normas de legitimación de las mismas no menos dispares. Preocupadas por salvaguardar unos derechos que garantizasen la perpetuación de un orden tradicional, el encuentro de esas lecturas adquiere forma con la Machinada, cultura de conflicto intrínseca a ese modelo y decisiva para el reconocimiento de los perfiles de nuestra historia constitucional.