Sinopsis

Este edificio responde de una manera casi canónica a las ideas que se tienen sobre lo que es un edificio de oficinas. Ocupado en su totalidad por una misma empresa y destinado exclusivamente a usos administrativos, se ubica en la cercanía del cruce de dos grandes vías de la red metropolitana madrileña: la salida hacia el aeropuerto que desde mediados del siglo XX se convirtió en el emblema de la modernización de la ciudad donde encontraron su lugar ejemplos representativos de la arquitectura del momento (desde las Torres Blancas de Sáenz de Oiza a los laboratorios Jorba de Fisac), y la ronda M-30 convertida en un escaparate privilegiado apetecido por todo tipo de entidades (incluida TVE que levantó junto a ella su torre de telecomunicaciones conocida como el pirulí). Esta zona, marcada por esa densidad de obras singulares, es, sin duda, una referencia y un reto que los autores han tenido muy en cuenta y han asumido abiertamente. Un interés de los proyectistas que entra en resonancia, a su vez, con la búsqueda de autorepresentación del promotor, seguramente deseoso de encontrar en la arquitectura un signo de identificación. Es incluso posible que el significado que tiene este entorno fuera también un acicate más para elegir esta ubicación