Castellano Euskera
Bai euskarari zerbitzua euskaraz Certificado de calidad ISO 9001

TIENE EN SU CESTA DE LA COMPRA

0 artículos

en total 0,00 €

VIDA: MEMORIAS DE KEITH RICHARDS
Título:
VIDA: MEMORIAS DE KEITH RICHARDS. MEMORIAS DE KEITH RICHARDS
Subtítulo:
Autor:
RICHARDS, KEITH
Editorial:
PENINSULA,EDICIONES
Año de edición:
2010
Materia
ARTES
ISBN:
978-84-9942-080-6
Páginas:
516
Encuadernación:
Otros
Disponibilidad:
Sin existencias.
Colección:
VARIAS
24,00 € Comprar

Sinopsis

Asombrando a propios y extraños, Keith Richards ha escrito sus memorias: asombro porque ha podido (ya que a estas alturas nadie sospechaba que iba a conservar la vida o la lucidez suficiente para empuñar el teclado) y asombro porque ha querido (ya que los entes satánicos no suelen acudir al confesionario). El crítico Nick Kent compendia así su imagen en los años setenta: «Era el gran lord Byron; era un demente, era un depravado y era peligroso conocerlo». El aludido disiente con irónica sonrisa, otros insisten, y este libro viene a aclarar posibles malentendidos. Porque aquí se disipan varias nieblas (transfusiones, efusiones, agresiones, etc.) y se presentan finalmente los hechos que el foco de la leyenda había nublado: el uso y abuso de sustancias tonificantes o estupefacientes no adquiridas en farmacias; las variadas discrepancias con autoridades más o menos sanitarias; los encuentros, desencuentros y encontronazos con gendarmes de diferentes países; la empedernida coalición con Mick Jagger; los intermitentes, y a menudo explosivos, contubernios con personajes como Dylan, Lennon, Clapton, McCartney, Marley, Berry o Bowie, por citar a algunos de los más ruidosos; las afinidades electivas con sujetos de mucha cara o siniestra catadura; los amoríos pasajeros, las semanas de pasión y los dos amores contumaces (Anita Pallenberg y Patti Hansen); las extenuantes sesiones de grabación; la apacible vida rural en una mansión de Connecticut franqueados los umbrales de la senectud (aunque no de la madurez si consideramos las penúltimas inhalaciones); los cuentos contados por idiotas... Pero al final, más allá del ruido y la furia (que, como es de rigor, nada significan) emerge la música de los Rolling Stones, esa incesante banda sonora que acompaña nuestras convulsiones desde hace casi medio siglo.