Castellano Euskera
Bai euskarari zerbitzua euskaraz Certificado de calidad ISO 9001

TIENE EN SU CESTA DE LA COMPRA

0 artículos

en total 0,00 €

ZOO O CARTAS DE NO AMOR
Título:
ZOO O CARTAS DE NO AMOR
Subtítulo:
Autor:
SHKLOVSKI, VIKTOR
Editorial:
ATICO DE LOS LIBROS
Año de edición:
2010
Materia
NARRATIVA
ISBN:
978-84-937809-1-3
Páginas:
168
Encuadernación:
BOLSILLO
Disponibilidad:
Sin Stock. Consultar Disponibilidad
Colección:
VARIAS
19,00 € Comprar

Sinopsis

«Me has dado dos encargos: 1) No telefonearte. 2) No verte. Así que ahora soy un hombre ocupado. Hay un tercer encargo: no pensar en ti. Pero ese no me lo has confiado". El amor negado o el no amor es el punto de partida de la relación epistolar entre un hombre una mujer en el Berlín de los años 20.

Durante su exilio en la ciudad alemana, Viktor Shklovski se enamoró de Elsa Triolet (la Alia de su novela y primera mujer de Louis Aragon) quien le consintió que le escribiera cartas con la única condición de no hablarle de amor.

Zoo, o cartas de no amor es una novela epistolar nacida de una prohibición expresa. Las misivas de Shklovski están repletas de observaciones sobre la vida de entre guerras en Rusia y Alemania del círculo intelectual de emigrantes, con figuras de la talla de Roman Jakobson y Boris Pasternak, y también incluyen hermosas reflexiones sobre el arte y la literatura. Pero sobre todo, hablan de aquello de lo que no debían hablar: de amor

«Shklovski traza pinceladas brillantes en cada página.»
Michael Dirda, The Washington Post

«Shklovski revitaliza la novela epistolar.»
Choice

«Mucho más que una conmovedora evocación del dolor del exilio y del amor no correspondido (?) es también un brillante retazo de historia de la literatura.»
New Leader

«Inspirado en Sterne ?incluso en los artefactos tipográficos?. Zoo es una obra que conjuga cotilleos literarios y referencia eruditas.»
Listener

«Zoo convierte el mundo industrial en una metáfora del deseo y del amor frustrado.»
Charles Simmons, New York Times

«El chico malo del formalismo ruso.»
Solomon Volkov, The New York Times